07 octubre 2008

El vagabundo ruso (D.E.P.)

Ayer sentimos todos por primera vez que había vuelto a llegar el invierno. ¿Por qué? Porque estábamos de nuevo todos allí reunidos, itinerantes como siempre, pero allí reunidos. Y además, porque el vagabundo ruso que se había instalado en uno de los bancos ya no estaba. Ni él ni todos sus enseres: colchones, bolsas e incluso cacerolas.

Una de nuestras distracciones para echar el rato es bajarnos un balón y echar un mítico que no caiga.
Los viejetes que quedaban ayer disfrutando de los últimos vestigios del buen tiempo estaban entretenidísimos viéndonos dar toques, especialmente con los malabarismos y moñadas que les gustan hacer a Charly, a los Nevado y a Borja. Espectáculo gratuito para la Tercera Edad, para que luego digan que no hacemos nada bueno...

Aquí un ejemplo de Charly dando unos toques:


Caída ya la noche, después de demasiadas horas de juego, el que no caiga perdió su gracia y acabó convirtiéndose en balonazos inesperados, que siempre asegura unas risas. Lo malo es cuando balonazos inesperados también pierde su gracia y pasa a convertirse en agresión con balón.

En ese punto estaba el juego cuando, tras casi lesionar a dos inocentes transeúntes, uno de los trallazos de Pazos fue a dar al árbol que estaba justo detrás de nuestro banco. Al girarnos para ver dónde había chocado el balón, nos dimos cuenta de que había algo en el árbol: un ramo de flores de plástico, rojas y blancas, colgaba clavado boca abajo del tronco junto a una inscripción: "Jose, encuentra la paz allí donde no la has encontrado".

Nos quedamos bastante impactados. No hacía falta ser del CSI para atar cabos y llegar a la triste conclusión de que el vagabundo ruso, que no se encontraba precisamente muy lozano de salud, había fallecido en el Parque. Por eso no estaban ni él ni sus cosas.

Así que nada, ahora el Parque también es un pequeño mausoleo.

D.E.P.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombre...pena...lo que se dice pena...tampoco siento.

Unknown dijo...

No, pena no es, pero si hace reflexionar en las millones de veces que nos hemos quejado del olor o de la suciedad que creaba que hacía que el parque fue un lugar casi hasta desagradable... y que ahora, tras tantas quejas ignoradas el pobre hombre halla acabado asi...por lo menos da que pensar...